sábado, 6 de mayo de 2017

Me pregunto.

Debería preguntarte si crees en las casualidades o crees más en el destino, si eres más de perros o de gatos, si te gusta el colacao o el nesquick...

La verdad es que debería preguntarte mil cosas más, como por ejemplo cuál es tu color favorito, qué música escuchas cuando estás triste, qué comerías por el resto de tu vida, qué opinas del amor a primera vista y de la chica que se quedaría mirándote tres horas mientras respondes preguntas absurdas porque cree que eres lo más bonito que tiene enfrente, aunque a un metro de vosotros esté el mar y el sol esté cayendo.

Hay mil cosas de las que no nos damos cuenta, como de que nuestra mano se ha rozado tres veces en ocho minutos o que tengas un mechón de pelo descolocado por el viento.

A mí me encanta fijarme en los pequeños detalles, como los destellos dorados de tus ojos o el hoyuelo que se te forma en la mejilla al reírte de verdad.

Por eso, me encantaría saber cada tontería que te gusta y cada pensamiento que te pasa por la cabeza un domingo por la noche.

Aunque tú ya me lo digas todo con la sonrisa sin necesidad de pronunciar ni una letra.


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